Alanís celebra sus XV Jornadas Medievales

Un año más, agonizando agosto y naciendo septiembre, volvieron a Alanís las Jornadas Medievales. Unas jornadas que han cumplido en este 2018 su edición número quince. Tres lustros en los que la fiesta no sólo se ha consolidado, sino que, además, es cada vez más conocida y valorada por aquellos visitantes de la provincia y de fuera de ella que se acercan a contemplarla. Estas jornadas han atravesado por épocas de bonanza y también por el difícil período de la crisis. Han coqueteado con la miel y hay quien ha querido ver que cerca estaba también la hiel. Precisamente este 2018 ha sido un año en el que el rumor ha corrido raudo por la población, asegurando que no se celebraría una de las fiestas de referencia ya no sólo en Alanís sino también en toda la Sierra Morena sevilla. A este respecto, su actual alcaldesa, Eva María Ruiz Peña, ha asegurado que estas jornadas han adquirido tal envergadura que es realmente difícil que un ayuntamiento tan pequeño como el de Alanís, pueda acometer un evento tan grande. Sin embargo, añade, «nunca nos hemos planteado suspenderlas porque es un pulmón económico muy importante para el pueblo». Finalmente, según dice la regidora local, gracias al esfuerzo de instituciones como la Junta de Andalucía y la Diputación de Sevilla las jornadas pueden salir adelante. Además, destaca el respaldo de los vecinos. Unos vecinos de los cuales ha partido la idea de decorar las calles, reviviendo aquel espíritu que antiguamente inundaba Alanís con la celebración de las carrozas, donde la unión vecinal conseguía llevar a cabo una fiesta de referencia. Con la de este año ya son cuatro las jornadas que se han organizado bajo el mandato de la primera edil que, como todos recordarán, accedió al cargo tras la dimisión de Cecilio Fuentes. Ésta además serán las últimas de su legislatura. Preguntada por su futuro político y el de las propias jornadas, la primera edil asegura que «si no estoy liderándolas estaré participando en ellas, porque las jornadas medievales son del pueblo».
Cada edición de estas jornadas son una media de 30.000 las personas que durante el fin de semana pasan por Alanís, algo que influye de manera importante en los comerciantes locales que durante estos tres días ven aumentar sus ganancias de forma considerable. El lema de este año ha sido Vamos a disfrutar como niños, y precisamente ha tenido a los niños como protagonistas, llevando a cabo un carrusel en el que participaron los pequeños de Alanís, eternos herederos de esta fiesta sin igual. Como en años anteriores, otro atractivo estuvo en el Castillo donde se han representados sendos espectáculos bajo el nombre de Los seres de la fragua. Unos espectáculos que una vez más han sido realizados por el grupo de animación gallero Troula. Unos especialistas muy queridos en esta población serrana y que año tras año dejan un gran sabor de boca entre los asistentes. Además del espectáculo del castillo, los animadores han recorrido las calles centrales de Alanís, partiendo de la Plaza de España, centro neurálgico, donde estaba instalado el mercado medieval. En estos pasacalles destacó otra de esas presencias demandadas por los asiduos a la fiesta, la del colaborador del programa de televisión El Hormiguero, Rubén Prieto y su caballo Cuco. Además de los ya tradicionales pasacalles de teatros improvisados, zancudos y música, Alanís también volvió a vestirse de teatro merced al grupo Al-Haniz, que protagonizó otra obra cómica medieval del autor manchego José de Cedena, en esta ocasión «La pluma del rey». Junto a ello talleres, conciertos y el mejor ambiente medieval del siglo XXI. Por último, y como gran novedad este año, el coro medieval de la localidad estrenó el sábado en la noche una pieza que en su día compusiera el conocido en la localidad como Paco El pintor, y que habla sobre el amor imposible entre un cristiano y una morisca. El encanto de las pilitas llevó a los presentes la historia de ese cristiano que murió a manos del padre de su amada, la cual, posteriormente sacrificó su vida ahogándose para encontrarse con el cristiano, según reza la leyenda, en la fuente de las pilitas cada noche de San Juan.
Las jornadas medievales han servido además para demostrar la unión de los pueblos de la comarca, con la asistencia de alcaldes y concejales de los distintos pueblos que conforman la Sierra Morena de Sevilla.